El proyecto Rajab, ha participado en un Programa Erasmus plus + ”LANGUAGE AS A BRIDGE” financiado por La Unión Europea, cuyo objetivo principal es la inclusión de personas recién llegadas a Europa, desde otros países no pertenecientes a la Comunidad Europea, a través del aprendizaje de la lengua.
En esta aventura nos introdujo el “Colectivo Gentes”, que es un servicio de voluntariado europeo, de la mano de Alexandra Rivoli. En el Programa ”LANGUAGE AS A BRIDGE” se estudia la problemática, metodología e impacto del aprendizaje, de la enseñanza de la lengua. Este Programa ha tenido como resultado la edición de una guía en la que se recogen todos los pasos de la investigación realizada y que como resultado nos da las claves a tener en cuenta en la metodología de la enseñanza del idioma extranjero, para personas procedentes de países no pertenecientes a la Comunidad Europea. En la edición de esta guía el Proyecto Rajab ha participado en tres momentos diferentes: En un primer momento diez voluntarios/as del Proyecto Rajab fueron entrevistados/as por personal del colectivo gentes en Jaén, con el fin de aportar su experiencia teórica y práctica en las clases de español para inmigrantes que desde hace casi una década se viene realizando en el Proyecto Rajab.
En un segundo momento durante los días entre el 23 al 26 de octubre, en Bruselas, tres voluntarios/as del proyecto Rajab, junto con otros participantes de Portugal, Italia, Grecia y Holanda estudiaron y reflexionaron sobre la información recabada en las entrevistas realizadas desde los diferentes países participantes.
Los días de reflexión e intercambio en Bruselas han sido especialmente relevantes, pues personas de diferentes países en grupos de trabajo nos dábamos cuenta que cada uno en nuestro país y con nuestro idioma teníamos una problemática similar: falta de motivación de los que reciben la enseñanza, necesidad de dar a las clases un enfoque sin prejuicios, utilizar una metodología adecuada a la particularidad de las personas, (algunos de ellos no han estado escolarizados en sus países), comprender las necesidades reales de aprendizaje que los alumnos necesitan en su vida real, no como la de un estudiante de lengua en nuestro país, dar espacio al aprendizaje digital, falta de una política gubernamental que ayude al proceso de formación de los propios formadores en la particularidad de este tipo de enseñanza. Y atención a la situación emocional de estos alumnos en el aprendizaje.
El Proyecto Rajab se ha enriquecido con esta experiencia Europea y se han abierto caminos para seguir profundizando, pasando a la práctica todo lo que se ha compartido en Bruselas